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domingo, 25 de noviembre de 2012

25 DE DICIEMBRE, CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO


Hoy, 25 de noviembre,  es  el  DIA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO. Y por ser precisamente esta fecha, me he decidido a comenzar este blog, para contar mi historia personal en relación a este tema, ya que me vi etiquetada como  “mujer maltratada” sin quererlo, hace ya tres años (y a saber cuánto me queda) y para poner en manifiesto que ni la justicia ni las mujeres tienen siempre la razón.

Tal día como hoy, hace tres años, estaba yo de vuelta a mi pueblo tras participar en Madrid en el  I FORO INTERNACIONAL DE JUVENTUD Y VIOLENCIA DE GÉNERO (por cierto, el primero y el último, ya que no se ha vuelto a hacer, y ni siquiera existe ya el Ministerio que lo organizaba, el de Igualdad).  Venía yo muy concienciada sobre el tema, con material para repartir entre los jóvenes de mi localidad  y dispuesta a participar en cualquier actividad que previniera lo que es la violencia machista que comienza ya desde algunas conductas en la adolescencia. Pero tampoco las tenía todas conmigo. .. Yo me consideraba una mujer feminista, pero me dio la impresión de que en estos casos de “presunta violencia”, el hombre tenía bien poco que decir, y la mujer siempre lo tenía todo de su parte. Entonces, si la mujer siempre sale ganando ¿Dónde está esa igualdad que tanto pretendemos?

No pretendo con este blog  predicar que no existe la violencia machista, o que las mujeres no deben denunciar, ¡eso NUNCA!  Pero también os expondré los distintos tipos de mujeres que nos podemos encontrar en estos casos de violencia doméstica:

-          1. Las mujeres maltratadas propiamente dichas.  Mujeres que reciben palizas de sus maridos, chantaje emocional, desprecio, las obligan a mantener relaciones sexuales, les prohíben salir…(de este grupo os hablaré mañana para que sepáis detectarlo, que aunque parece fácil, muchas veces la violencia está encubierta). En estos casos  lo que se propugna siempre es DENUNCIAR al agresor.  Estoy totalmente de acuerdo. Pero también os digo que la que debe denunciar es la mujer, o si eres alguien externo, asegúrate de que la mujer lo consiente, que ella no denuncia por miedo y te da su permiso. Si no, no le compliques la vida, porque te puedes equivocar y convertir a esta mujer en una del grupo 3.

-          2. Las mujeres que denuncian falsamente.  Hablando con unos agentes de la Guardia Civil, que no sabían que yo estaba documentándome sobre este tema, salió en la conversación que el 70 % de las denuncias que les llegan a comisaría, son falsas. Mujeres que quieren darle una lección a su pareja, o que no quieren que les deje, o simplemente por venganza, son muchas las mujeres que amenazan a su hombre con una denuncia por violencia doméstica, sabiendo que la justicia siempre se pondrá de su lado. Un parte médico…y arreglado. No entiendo qué ganan ellas con eso, pero lo cierto es que haberlas, haylas.

-          3. Las mujeres a las que les imponen la etiqueta de maltratadas, a pesar de no serlo. Y en este grupo estoy yo. Por eso os decía que no denunciéis a no ser que estéis muy seguros de lo que pasa en esa casa, ya que después nadie  pregunta a la mujer cómo se siente, o cuáles son sus deseos. Simplemente, le tratan como una tonta, que de tan enamorada que está, se ha quedado ciega y por eso defiende a su chico. O como una mujer sin recursos, que necesita del hombre para seguir adelante. O como una cobarde que no se atreve a denunciar, o a decir la verdad que todos saben, ya que cuando estás en este grupo, todo el mundo “sabe” que eres maltratada, que te pegan palizas, por más que tú digas lo contrario.

Y  es de esto de lo que os quería hablar, de mi caso particular. Se oye mucho lo de TOLERANCIA CERO en estos días, pero yo os digo que antes que nada, pensar en la mujer y en el infierno que puede pasar después. Yo llevo 3 años soportando  una orden de alejamiento de mi pareja, y cuando por fin ha salido el juicio, una fiscala y una jueza feministas han ninguneado mi testimonio y puede que me pongan otros dos años más. Y eso desde luego  no sirve para protegerme, ya que yo a él no le tengo miedo, lo que ahora me da miedo son, paradójicamente, los agentes de la ley, ya que me hacen sentir que estoy cometiendo una grave falta.

  Y por eso me he decidido a escribir este blog. Y decir bien alto que hoy no es mi día. Y que yo también quiero recuperar mi vida normal, sin órdenes de alejamiento ni sensación de ser observada... 

Indignada no, lo siguiente….

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